

"Ahorrar electricidad es una importante contribución a la protección del medio ambiente, la reducción de las emisiones de CO2 y la disminución de los costes energéticos mensuales. Un área clave en la que puedes ahorrar energía es la iluminación".
Con la elección correcta de las fuentes de luz y un uso consciente, puede contribuir significativamente a la eficiencia energética. Este artículo se centra en cómo puede ahorrar energía utilizando fuentes de luz LED en comparación con las bombillas convencionales. El tipo de fuente de luz que utilizamos en nuestros hogares y oficinas desempeña un papel importante en el consumo de electricidad. Las lámparas incandescentes, las halógenas, las fluorescentes compactas y las LED son las fuentes de luz más utilizadas. En los últimos años, los LED (diodos emisores de luz) se han hecho cada vez más populares debido a su alta eficiencia energética y longevidad.
Los LED (diodos emisores de luz) son un tipo de luz de estado sólido (SSL) que convierte la electricidad directamente en luz. Son mucho más eficientes que las bombillas incandescentes. Una lámpara LED utiliza sólo entre una quinta y una tercera parte de la energía de una lámpara incandescente para producir la misma cantidad de luz. También duran mucho más. Mientras que una bombilla incandescente típica sólo dura entre 1.000 y 2.000 horas, una bombilla LED puede durar entre 15.000 y 50.000 horas. Teniendo en cuenta estos factores, no es de extrañar que las bombillas LED sean más rentables que las incandescentes a largo plazo. Aunque son más caras de comprar, compensan este coste con su mayor duración y su menor consumo de energía. Con un uso medio, una bombilla LED puede ahorrar cientos de euros en costes de electricidad a lo largo de su vida útil.
"El mayor ahorro energético en iluminación puede conseguirse sustituyendo las bombillas incandescentes y las lámparas fluorescentes compactas (CFL) por LED. Los LED no sólo son más eficientes energéticamente, sino que además duran bastante más que otros tipos de fuentes de luz. No olvide sustituir primero la iluminación de uso más frecuente, ya que es donde puede conseguirse un mayor ahorro energético."
El embalaje de una fuente de luz contiene abundante información que puede ayudarle a elegir la fuente de luz adecuada para sus necesidades.
Los envases de las bombillas contienen abundante información que puede ayudarle a elegir la bombilla que mejor se adapte a sus necesidades.
He aquí algunos puntos importantes en los que debe fijarse:
Potencia luminosa (lúmenes): Mide la cantidad total de luz que produce una bombilla. Es mejor indicador de la luminosidad que la potencia en vatios. Cuanto mayor sea el índice de lúmenes, más brillante será la luz.
Consumo de energía (vatios): Indica cuánta energía consume la fuente de luz. Una fuente de luz de menor potencia consume menos energía y, por tanto, es más eficiente.
Vida útil: Indica cuánto durará la fuente de luz con un uso medio. Las lámparas LED suelen tener una vida útil mucho más larga que otras fuentes de luz.
Color de la luz (Kelvin): Indica la temperatura de color de la luz. Un número Kelvin más bajo significa una luz más cálida y amarillenta, mientras que un número más alto significa una luz más fría y azulada.
Clase de eficiencia energética: Es una clasificación que indica la eficiencia energética de la fuente de luz. Se da en una escala de A++ (la más eficiente) a E (la menos eficiente).
Convertir su hogar a la iluminación LED puede requerir cierta inversión, pero sin duda puede merecer la pena. Como ya hemos dicho, las bombillas LED consumen mucha menos energía y duran mucho más que las incandescentes y las CFL. Esto significa que ahorrarás dinero a largo plazo, tanto en electricidad como en el gasto que supone sustituir las bombillas.
Y lo que es más, no tienes que sustituir todas las fuentes de luz a la vez cuando cambias a LED. Basta con sustituir una bombilla incandescente o CFL por una bombilla LED cada vez que se funda. Esto le permite repartir los costes y beneficiarse de las ventajas de la iluminación LED al mismo tiempo.
Los portalámparas y las bases desempeñan un papel crucial a la hora de seleccionar la fuente de luz adecuada para sus necesidades de iluminación. Garantizan una conexión eléctrica segura y eficaz entre la fuente de luz y la luminaria. Existe una gran variedad de tipos de bases y es importante conocer el tipo correcto para su luminaria específica. Los zócalos para fuentes de luz pueden dividirse a grandes rasgos en tres categorías: Base de tornillo, base de clavija y base enchufable.
Base roscadaSon los casquillos más utilizados. Permiten una instalación sencilla: basta con enroscar la bombilla en el casquillo hasta que quede bien sujeta. Los hay de diferentes tamaños: E27 (tamaño estándar) y E14 (bombilla vela).
Casquillo de espigaEstos casquillos se utilizan normalmente para lámparas halógenas de bajo voltaje o ciertos tipos de lámparas LED. Tienen dos patillas que se insertan en el casquillo. Los tamaños más comunes son G4, G9 y GY6.35.
Casquillo enchufableEstos casquillos se utilizan principalmente para tubos fluorescentes o determinados tipos de lámparas LED. Tienen una o dos patillas en cada extremo de la bombilla que se insertan en el casquillo. Asegúrate de elegir el casquillo adecuado para tu bombilla. El tipo de casquillo suele venir indicado en el embalaje de la bombilla.
Casquillos importantes y sus aplicaciones - Éstos son algunos de los portalámparas más comunes y dónde se suelen utilizar:
E27Se trata de un tamaño estándar para lámparas incandescentes, muchas lámparas LED y algunas lámparas fluorescentes compactas. Se suele utilizar en lámparas de mesa, lámparas de techo y muchas otras luces domésticas.
E14Este casquillo de rosca más pequeño suele encontrarse en luces más pequeñas, como lámparas de escritorio o luces decorativas.
GU10Este casquillo se utiliza a menudo en luces empotradas y focos. Se suele utilizar para lámparas halógenas y LED.
G4, G9Estos casquillos se utilizan a menudo para lámparas halógenas de bajo voltaje, que se encuentran en luminarias más pequeñas, como algunas lámparas de escritorio o luminarias decorativas.
Veamos un ejemplo sencillo para demostrar la eficiencia energética de las lámparas incandescentes en comparación con las lámparas LED. Supongamos que quieres iluminar una habitación que requiere una fuente de luz con una potencia luminosa de unos 800 lúmenes.
Esto equivale aproximadamente a la potencia luminosa de una bombilla incandescente tradicional de 60 vatios. Una lámpara incandescente que produce 800 lúmenes consume unos 60 vatios.
Si utiliza esta lámpara durante 5 horas al día, el consumo de energía es: 60 vatios * 5 horas = 300 vatios hora o 0,3 kilovatios hora (kWh). En un periodo de 30 días (un mes), esto se traduce en 0,3 kWh * 30 = 9 kWh.
En cambio, una lámpara LED que también produzca 800 lúmenes sólo consume unos 10 vatios. Si se utiliza durante 5 horas al día, el resultado es: 10 vatios * 5 horas = 50 vatios hora o 0,05 kilovatios hora (kWh). En 30 días, el resultado es 0,05 kWh * 30 = 1,5 kWh.
ComparaciónA un precio medio de la electricidad de unos 0,30 euros por kilovatio hora (este valor varía según la región y el proveedor), los costes mensuales de la bombilla son: 9 kWh * 0,30 euros = 2,70 euros.
En cambio, para la lámpara LED: 1,5 kWh * 0,30 euros = 2,70 euros. 0,45 euros.
En este sencillo ejemplo, con la lámpara LED ahorrarás unos 2,25 euros al mes. Puede que no parezca mucho, pero si lo extrapolas a un año y tienes en cuenta varias lámparas de tu casa, el ahorro puede ser considerable. Con 10 lámparas que se utilicen con una frecuencia similar, por ejemplo, podrías ahorrar 225 euros al año.
Detectores de movimiento y temporizadores: Otra forma de ahorrar electricidad es utilizar detectores de movimiento y temporizadores. Los detectores de movimiento encienden la luz automáticamente cuando detectan movimiento en una zona determinada y la apagan cuando no detectan más movimiento. Son especialmente útiles para la iluminación exterior y las habitaciones poco utilizadas. Los temporizadores, en cambio, pueden programarse para encender y apagar la luz a horas determinadas. Son ideales para zonas que deben iluminarse con regularidad, como las zonas exteriores por la noche.
Hogar inteligente e iluminación en redEn el mundo digital de hoy, también hay cada vez más formas de conectar la iluminación en red y optimizar así el consumo de energía. Los sistemas domésticos inteligentes permiten controlar la iluminación desde el smartphone o mediante comandos de voz. Incluso puede configurar escenarios de iluminación complejos que se activen automáticamente a determinadas horas o en determinadas condiciones. Esto no solo puede ayudarte a ahorrar energía, sino también a aumentar el confort y la seguridad de tu hogar.
Diseño de estancias y selección de coloresEl color de las paredes, el suelo y los muebles de tu casa puede influir mucho en la iluminación que necesitas. Los colores claros reflejan mejor la luz y permiten utilizar menos iluminación. En cambio, los colores oscuros absorben más luz, por lo que se necesita más iluminación para conseguir el mismo nivel de luminosidad.
Auditoría energéticaSi quieres ahorrar energía y optimizar tu iluminación, puedes plantearte una auditoría energética. Consiste en que un experto vaya a tu casa y analice cuánta energía consumes y dónde podrías ahorrar. También puede incluir recomendaciones específicas para la iluminación. Está claro que elegir la iluminación adecuada es sólo una parte de la ecuación cuando se trata de ahorrar energía. Tomando decisiones conscientes y utilizando la tecnología, la iluminación puede ser más eficiente y sostenible.
Ahorrar energía no sólo es bueno para el bolsillo, sino también para el medio ambiente. El uso energéticamente eficiente de la iluminación desempeña un papel clave en este sentido, ya que a menudo representa una proporción significativa del consumo de energía en los hogares. Cambiar a fuentes de luz LED es una de las formas más eficaces de ahorrar electricidad. Aunque su adquisición puede resultar más cara que la de las bombillas tradicionales o las lámparas fluorescentes compactas, se amortizan con creces gracias a una menor factura de electricidad y una vida útil más larga.
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