Adaptación (Adaptation)

Cualquiera que haya pasado de una habitación muy iluminada a otra oscura, o de un dormitorio oscuro a un cuarto de baño bien iluminado después de despertarse, estará familiarizado con esta sensación. Al principio no se ve muy bien porque los ojos tienen que acostumbrarse al nuevo entorno ante un cambio tan brusco de luminosidad. Este proceso de ajuste se llama adaptación.

El proceso de adaptación y, por tanto, también el tiempo que necesitan los ojos para adaptarse vienen determinados por los niveles de luminancia al principio y al final del cambio de luminosidad. En el caso de un cambio de oscuro a claro, los ojos suelen estar listos para volver a funcionar con normalidad al cabo de unos segundos y pueden volver a ver perfectamente. Sin embargo, esto no es posible tan rápidamente a la inversa. De claro a oscuro, el proceso de adaptación tarda bastante más e incluso puede durar varios minutos.

La adaptación no es un cambio repentino, sino un proceso en el que el rendimiento visual vuelve a aumentar gradualmente. Esto viene determinado por el respectivo estado de adaptación.