Iluminación de acento

Como su nombre indica, la iluminación de acento se utiliza para poner acentos. La iluminación de acento se utiliza, por ejemplo, para resaltar la arquitectura de un edificio o para ambientar determinados muebles, objetos decorativos o cuadros. Para ello se suelen utilizar luminarias con un ángulo de haz estrecho, de entre 10° y 40°.

La ubicación y la distancia de la luminaria al objeto deseado también influyen en la iluminación de acento, ya que cuanto más cerca esté la lámpara del objeto a iluminar, más estrecho será el haz de luz. Sin embargo, si la fuente de luz está más lejos, el cono de luz también es mayor. Aquí hay que tener cuidado para que la zona u objeto que se quiere acentuar quede bellamente iluminado sin dejar nada importante en la sombra ni iluminar demasiado la zona circundante.

La iluminación de acento se nutre de diferentes niveles de iluminancia y juega con fuertes contrastes y sombras duras. Varía el brillo y la incidencia de la luz, pero sólo alcanza su máxima expresión cuando el brillo de la iluminación de acento es superior al nivel de la iluminación general.