Plafones empotrados y de superficie

Las luminarias empotradas en el techo se instalan directamente en el techo, por ejemplo en cavidades o falsos techos, de modo que la mayor parte de la lámpara deja de ser visible y, a ser posible, queda enrasada con el techo. En cambio, las luminarias de techo montadas en superficie se montan en el techo y no dentro de él, de modo que su cuerpo luminoso es visible. Sin embargo, esta visibilidad suele ser deseable por razones arquitectónicas, ya que también es responsable del aspecto visual de la estancia.

Para el reequipamiento se suele elegir una luminaria de superficie, ya que no requiere un hueco en el techo y, por tanto, es mucho más fácil de instalar. Las luminarias empotradas en el techo, por el contrario, requieren al menos uno de esos nichos, cuando no un falso techo, lo que complica mucho la instalación posterior.

Si se desea un cuerpo de lámpara casi invisible y sin grandes obras de instalación, a pesar de vivir en un piso de alquiler o de tener ya la casa o el negocio terminados, se recomienda una luminaria de techo de superficie muy plana. Gracias a la moderna tecnología LED, estos diseños planos ya son posibles, lo que hace que una lámpara de techo de superficie parezca una lámpara de techo empotrada.