Degradación

Si los LED pierden luminosidad y su flujo luminoso disminuye, se habla de degradación. Las fuentes de luz LED más antiguas emiten menos luz que al principio. Aunque las lámparas LED prometen una vida útil muy larga, su luminosidad puede disminuir si se utilizan de forma incorrecta o tras muchas horas de funcionamiento.

Sin embargo, la especificación de la vida útil de las luces LED en horas tiene en cuenta precisamente esta degradación. Aunque los LED brillen durante más tiempo que la vida útil especificada, su luminosidad se reduce entonces considerablemente. En cambio, con otras fuentes de luz, este proceso de degradación se produce mucho antes.

Si desea ralentizar el proceso, debe asegurarse de que la luz se utiliza correctamente, ya que unas condiciones de funcionamiento incorrectas pueden acelerar el envejecimiento de los LED. Entre ellas se incluyen, por ejemplo, el sobrecalentamiento, la humedad o las influencias químicas. Si se evitan estas influencias negativas, una lámpara LED puede alcanzar una larga vida útil de hasta 20 años.