Iluminación directa

Directo Iluminación es cualquier luz que incide directamente en el habitación o una superficie de trabajo para proporcionar luminosidad. Es, por tanto, lo contrario de la luz indirecta, que suele utilizarse como complemento de la luz directa. La luz directa se utiliza para todas las actividades o zonas en las que los detalles son importantes y, por tanto, se desea verlos con claridad. 

Las lámparas de escritorio son un buen ejemplo de ello, ya que tienen la misión de iluminar suficientemente la superficie de trabajo y, por lo tanto, suelen brillar directamente. Las propiedades de la luz directa son la creación de sombras sobre cuerpos y superficies para resaltar sus estructuras y formas. La luz indirecta, en cambio, apenas proyecta sombras y no incide directamente sobre un objeto, sino que se refleja en la pared o el techo de la habitación. Para disponer en última instancia tanto de luz directa para tareas visuales con una luminosidad óptima como de luz indirecta para un ambiente más acogedor y agradable, a menudo se combinan ambos tipos de iluminación: la mezcla es lo que marca la diferencia. 

Además de permitir tareas visuales complejas, la luz directa también consigue resaltar ciertos objetos. Por eso, la iluminación directa es tan adecuada en los museos como en el jardín para resaltar árboles, arbustos o flores.