Iluminación básica

La iluminación básica también se conoce como iluminación de salas o iluminación general y se utiliza para iluminar una sala de forma uniforme y suficiente. Para ello suelen utilizarse luminarias con un ángulo de haz mayor, de unos 120°, ya que son capaces de iluminar grandes superficies con un haz de luz muy amplio, o bien se recurre a la iluminación indirecta, que se refleja, por ejemplo, en el techo. La iluminación ambiental garantiza así que los objetos importantes de la sala, su arquitectura y las personas que se encuentran en ella sean clara y directamente visibles.

La iluminación ambiental no enfatiza nada, sino que sirve para proporcionar una visión de conjunto y orientación en la sala, por lo que se intenta equilibrar los contrastes y dibujar sólo sombras suaves. Sin embargo, si hay que resaltar zonas concretas, se puede utilizar una iluminación de acento adicional. Por ello, suelen combinarse la iluminación de acento y la iluminación general o ambiental, ya que así se contrarresta una atmósfera lumínica monótona. También puede ser importante instalar fuentes de luz adicionales en los puestos de trabajo de algunas zonas, como la cocina o el despacho.