Mantenimiento del flujo luminoso

El mantenimiento del flujo luminoso, también conocido como reducción del flujo luminoso o mantenimiento del flujo luminoso, describe la disminución del flujo luminoso de una fuente de luz a lo largo de su vida útil. Con el tiempo, toda fuente luminosa pierde luminosidad, ya sea debido al envejecimiento de la fuente luminosa, a la suciedad de la cubierta o a la fatiga del material. El mantenimiento del flujo luminoso se expresa en porcentaje del flujo luminoso original, por ejemplo L70, que significa que la fuente luminosa alcanza el 70 % de su flujo luminoso original.

Este proceso es especialmente importante en el caso de los LED, ya que su larga vida útil suele implicar una disminución lenta y continua de la luminosidad, en lugar de un fallo repentino como ocurre con las lámparas incandescentes. El mantenimiento de un alto flujo luminoso es una característica de calidad de las fuentes de luz modernas y se tiene en cuenta en el diseño de la iluminación para garantizar que las estancias permanezcan adecuadamente iluminadas incluso después de un uso prolongado. La limpieza y el mantenimiento periódicos también pueden ayudar a maximizar el mantenimiento del flujo luminoso.