Contaminación lumínica

La contaminación lumínica es la iluminación excesiva y no deseada del entorno nocturno por fuentes de luz artificiales. Está causada por la luz difusa emitida a la atmósfera y se debe principalmente a la actividad humana en las zonas urbanas. Las farolas, las vallas publicitarias, la iluminación de fachadas y las luminarias mal alineadas contribuyen significativamente a iluminar el cielo nocturno.

La contaminación lumínica no sólo perjudica la visión de las estrellas y las observaciones astronómicas, sino que también tiene efectos ecológicos y sanitarios. Altera el ritmo natural día-noche de humanos y animales, afecta a los patrones de sueño y diezma las especies animales nocturnas que dependen de la oscuridad. También supone un derroche de energía si la luz se utiliza de forma inadecuada.

Las medidas para reducir la contaminación lumínica incluyen el uso de luminarias bien apantalladas que dirijan la luz hacia abajo, tecnologías de ahorro energético como los LED y planes de iluminación temporal en ciudades y comunidades.