Lámparas incandescentes

La lámpara incandescente, también conocida como bombilla por su forma, es la fuente de luz eléctrica más antigua y revolucionó el mercado de la iluminación. Fuente de luz y revolucionó el mercado de la iluminación de la época. Se suele atribuir al estadounidense Thomas Alva Edison el mérito de inventor, aunque en realidad sólo introdujo mejoras significativas en la lámpara incandescente. Esta fuente de luz es un típico radiador térmico, ya que en última instancia genera más calor que luz. Sólo el 5% de la energía se convierte realmente en luz, todo lo demás es radiación térmica, por lo que la mayor parte se encuentra en el rango infrarrojo.

Una lámpara incandescente funciona y se enciende gracias a su filamento, que se encuentra en el interior de la bombilla de vidrio. Éste empieza a brillar cuando se le suministra electricidad y, por tanto, emite luz. Debido al pésimo balance energético de las bombillas incandescentes, especialmente en comparación con los LED, se determinó el fin de esta fuente de luz en la Unión Europea de acuerdo con el Reglamento nº 244/2009 "Requisitos de diseño ecológico aplicables a las lámparas de uso doméstico no direccionales". Por tanto, las bombillas incandescentes se retiraron gradualmente del mercado, con la excepción de luces especiales como las de hornos o frigoríficos.

Otras razones a favor de la alta calidad LED de alta calidad en lugar de una bombilla incandescente son, además de la eficiencia energética, la menor vida útil de las bombillas incandescentes y los mayores costes asociados a largo plazo. Como resultado, la conocida fuente de luz está siendo eliminada poco a poco de todos los hogares y sustituida por nuevos productos.